Gomorra



Tras un Tsunami, las olas ruedan de regreso a la calma, dejando cadáveres y barriles de residuos tóxicos. Frente al Teatro Kodak de Los Angeles, Angelina Jolie luce un vestido italiano, obra artesanal. En la isla de Tenerife resuenan los corchos de botellas de champán: se ha inaugurado un glamuroso hotel.

A simple vista, parece la elección al azar de diversos titulares de prensa; inocuos para el ojo y nuestra ciega lectura. Pero en realidad tienen un punto en común, forman parte del efecto mariposa, son cromosomas del ADN, del Sistema. El Sistema en mayúsculas te lo da y quita todo: trabajo, amigos, familia, comida, felicidad...vida. Y si osas rebelarte como un manifestante Anti-sistema, pues te aniquila. Precisamente fue ésto lo que hizo Roberto Saviano. Para ello no extorsionó, ni empuñó una Kaláshnikov, tampoco arrojó piedras. Hizo algo tan impertinente como emplear las palabras. Se sentó en una mesa y escribió un libro cuyo título lleva el nombre de aquella ciudad bíblica donde habitaban todas las perversiones mundanas: Gomorra. Aunque este hecho se podría solventar con un simple aviso, con una pequeña sacudida, el Sistema no perdona. Ante todo porque no es un libro cualquiera. Saviano osó además emplear una narrativa más explosiva que cualquier granada de mano. El crítico de pipa holmeniana podría etiquetar su obra de autobiográfica, de novela de intriga o suspense, de antología de cuentos, acaso de ensayo criminólogo o macroeconómico, pero nunca de ficción. Toda palabra es cruel veritá. Y esto llega a la gente y explota en las manos del Sistema.


Saviano sabe que ya no vive y que la sentencia ha caído. Ya lo decían Jacques Kermoal y Martine Bartolomei en su obra La Mafia se sienta a la mesa: el Sistema suele servir el plato bien frío; o ultracongelado si ya han pasado más de veinte años y te ves dentro de un charco púrpura, mirando al vacío de la intemperie. Saviano lo sabe. Y aunque se esconda tras las espaldas de hombres He-Man y se anide en sendos hoteles con minibares repletos de Gin tonics y barras de Toblerone, sabe que un día caerá la condena. Ya lo nota. No vive. Espera.

Gomorra fue su sentencia. Es una obra literaria que desnuda a los clanes de la Camorra -la mafia napolitana que se autodenomina Sistema- y nos obsequia la comprensión de un sistema que no se limita a un territorio, un tiempo, unos clanes en concreto. Es un organismo que está insertado en todo nuestro sistema global. No es un entrecomillado o un tumor. Es un órgano que consume y alimenta a la vez. Es algo que a todos nos toca de alguna manera, que palpita más allá de esos cuchillos de Andy Warhol. Saviano crucificado y nosotros que debemos leerlo. Porque así, despiertos del horror, podremos entender mejor lo desalmado que es el Sistema que se sacia con glotonería de la plusvalía y atropella a quien se le interponga. Y porque es la búsqueda de algún resquicio de humanidad que podría encontrar en su lector. Un lector que puedes ser tú, tu amigo, un artista, un periodista o un grupo de música como es A'67 que no se ha quedado indiferente ante esta lucha. Porque hay que destruir -aunque a diferencia de Yahvé con palabras - esta Gomorra.

Más Info

-Página Oficial de Roberto Saviano: Roberto Saviano
-Mi amigo Joseph Silverman ha reseñado magistralmente -algo muy común en él- la película que lleva el mismo título, dirigida por Mateo Garrone: Gomorra (2008): El peor de los mundos.
- Gemma Nierga entrevistó a Roberto Saviano: Saviano en La Ventana.
- El tema de denuncia del grupo italiano A'67: A'Camorra song io

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Buen artículo, sí señor. Gracias :P

Decir que el pobre Saviano, sin la vida que le tocaba, al menos puede sentirse bien por hacer lo que hizo, también le hubiera tocado llevar escolta por estornudar al lado de quien no debía...
Lo sé el humor negro no es lo mío xD

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