Las venas abiertas de América Latina



Hace muchos lustros, un chico con aires de James Dean se paseaba por un mausoleo denominado Yale. Se llamaba Bill y era un afamoso experto en cuanto se trata de embriagarse a base de hileras de humos y acordes de Saxo. Entonces -quien sabe si por mantener la tensión del éxtasis en cuanto a rebelarse contra la autoridad de manera pueril o por mero azar- se leyó un libro. Dice que lo leía junto con su coffee'n'donuts, en el almuerzo y hasta en el retrete mientras se liaba a María que décadas posteriores combatiría a balazos y billetes de dólares. Pero lo cierto era que le fascinó; tanto, que cuando Bill se convirtió en Bill Clinton, el "Bombardero" más hábil de la intemperie yugoslava, fue a pedirle sonrojado y con un inmenso bulto en la entrepierna una firma a su autor."He aprendido mucho de la vida y sobre mí mismo leyendo este libro", fueron sus palabras cuando aquel libro cumplió cuarenta años. Todavía hoy me pregunto si lo leyó sobrio. Cien años de soledad era una metanovela, pero ante todo la cruda Historia -en mayúsculas- de Latinoamérica.

Pasados los años reventados con muertes y crímenes olvidados, un nuevo presidente estadounidense se pasea por el globo. Igual de risueño y pletórico de ilusiones, Obama se ha ganado un lugar en el pedestal con sus cataratas de palabras. Europa y sus monarcas se pusieron de rodillas cuando arribó a Downing Street; e incluso en las islas de las Antípodas todos muestran satisfacción por el Art of Obama. En Cumucarapo -perdonen, hoy se sigue llamando Puerto España, capital de Trinidad y Tobago- los líderes de Latinoamérica tampoco han hecho excepciones en cuanto a la caza por el souvenir más codiciado: una foto que reemplazcan en sus mesitas de noche. Sin duda, habrá first Ladies de la talla de Carla Bruni que cantarán las baladas noctámbulas más tristes jamás escritas.

En el escenario del circo mundial pero, Hugo Chávez sigue siendo una estrella. Sus sempiternos discursos jocosos, sus amenazantes delirios con pretextos calculados forman parte de este espectáculo. Y no hay souvenir alguno que lo desequilibre como trapecista. La imágen de la cumbre fue, sin duda alguna, la entrega que le hacía Chávez a Obama del libro Las venas abiertas de América latina, del inconfundible Eduardo Galeano. No se trata de un mero regalo, aludiendo que tras su verborreo encubre el deseo de ser el "new friend" de Obama; también quiere que lea. Si quiere ser amigo, debe leer. Debe saber que el Capital de Marx se basa en la explotación acometida a la América latina; que la doctrina Monroe y el Dollar Diplomacy, más las constantes injerenCIAs del imperio del tío Sam, han hecho que la desgracia recaiga como producto de la Historia en Latinoamérica. Y que quien publicó y dejó brotar las palabras sagradas con el fin de olvidar el olvido y buscar respuestas a las pesadillas que roban el sueño, fue también parte de la Historia, un perseguido por la bestia más despiadada.



No sé a quien agradecer. ¿A Obama? ¿Quizás a Chávez? ¿Acaso a la fotografía o a la patología de las masas? No lo sé. Pero lo cierto es que se rescata un libro que tras mi paso por la universidad me enseñó quién era aquella linda Latinoamérica a la que habían violado -como lo hizo el general Drake un buen día- y ante todo, cómo aprender la historia. Decía Galeano en este mismo libro que "la historia se estudia como si se visitara un museo; y esa colección de momias es una estafa; nos mienten el pasado como nos mienten el presente". Por tanto, hay que buscar las voces olvidadas y socorrer a la Historia que se aburre en tales museos. Y digo que se rescata un libro no porque Obama lo vaya a leer -que espero que sí y que sea mejor lector que Bill-, sino porque parece ser que han saltado las ventas del libro y muchos ciudadanos de este globo, espero que muchos, lo leerán.

Comentarios

Yeray López ha dicho que…
Según parece, Obama pensó, en un principio, que el libro lo había escrito el propio Chavez. Por cierto, ¿se lo regalaría en castellano o traducido al Yankee?
Diebelz ha dicho que…
¡Cierto! Y creo que Obama después quiso regalarme uno autobiográfico...
Por lo que he visto, Chávez se lo entregó en castellano...nada, tendrá que ir a la Escuela de Idiomas :P

Salu2 Mr.Corso !
Diebelz ha dicho que…
Perdón...quise decir "regalarLE"...

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