The Jungle



Súbitamente despierto. Corro hacia la puerta de mi habitación. Abro. El pecho aprisionado lucha por coger aire. Inhalar. Exhalar. Los dientes secan el aire. Inhalo. Exhalo.
Las palmas buscan en la oscuridad, tanteando, asirse a la sedante tregua. Momentos donde uno no piensa nada. Prende una línea en el suelo emanada de mi habitación. Reconozco mi tenue entorno y me dejo caer en el sofá. Último suspiro. Busco un salvoconducto, adormilar mi contorno. Pero retomo aquella compostura de antaño. Con el rostro soterrado entre encogidos codos, percibo aquél mundo que insiste en existir incluso con la vista recobrada. Pero la jungla ya no parece ser la misma. Ya no escucho los valientes rugidos, los chistosos graznidos, alaridos de júbilo, aullidos utópicos. Ahora es un manto de silencio, oriundo de la soledad, el que pervive. Con la nostalgia atrapada en cemento, los salvoconductos falsificados, la vista perdida, vago con los ánimos en harapos. 

Amanezco del pozo de brazos, del insomnio; de la jungla que habito. 







Comentarios

Yaiza ha dicho que…
¡Qué ahogo! Y, si lo sumas a este viento del Sur, ya ni te cuento.

Saludos y buen fin de semana
Anónimo ha dicho que…
Sensación de querer escapar y verte atrapado, no poder robar el sueño que pertenece...

I like it! :)

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