In the mood for love (Deseando amar)



"Nosotros no somos como ellos".


Una afirmación simple de pronunciar pero ardua, quizás, de cumplir. Una frase que igual no será sellada en la memoria oficial, pero sí en algún recóndito cinéfilo, dos amantes, una persona anónima cuyas lentes no disimulan ver, sino contemplar su entorno.  O quizás una simple frase, un rastrojo de encendida palabra lanzada desesperadamente, subversivamente desde el interior de una tal señora Chan (Maggie Cheung). 

Quizás pudo ser que la señora Chan, asfixiada por el vacío de su habitáculo, abatida por el bregar entre informes y cartas, teléfonos y horas puntas, apadrinara aquella frase huérfana de alguna película hollywoodiense; quizás se veía, cual Ilsa Lund, en un aeropuerto sin tiempos ni destinos, forzada a contener un sello incapaz de pronunciar. O quizás no. Quizás es cierto que en aquella Hong-Kong de los sesenta, de la actualidad; quizás en aquella sociedad oriental como en esta occidental, en aquel siglo XX como en este XXI sea cierto. Quizás se haya desaprendido el arte necesario de exhibir los más nobles sentimientos por culpa de la opresión de toda una maquinaria de imposiciones y reglas, ancestrales o no. Pero lo cierto es que, tanto la señora Chan como su vecino, el señor Chow (Tony Leung), así como el resto de inquilinos de la señora Suen (Rebecca Pan), son hijos de su tiempo industrial, oráculo de lo que somos o seremos. Hombres-masa que, como decía Hannah Arendt, padecen colectivamente el miedo de la soledad. Y encadenados a contener sus impulsos, a la fidelidad de los matrimonios ya quebrados, exhibiendo sonrisas forzadas, así creen vivir; a excepción de la señora Chan y el señor Chow. 

 La señora Chan y el señor Chow dudando sobre quién debe dar el primer paso.

El gran maestro Wong Kar-wai muestra con su película In the Mood for Love -que forma parte de una trilogía constituida por Days of being Wild y 2046- tal excepción. La huída y el encuentro; la distancia y el acercamiento; los roces y las miradas; la expresión en rostros quedos; el amor y el desamor; lo público y lo privado; el baile del tiempo, el susurro sempiterno entre dos seres que buscan salir de sus paredes, buscar una intemperie. Y todo esto parece una simple historia, reflejo del acontecer en nuestras propias casas. Parece un simple choque y no lo es. Porque tras las oscuras gafas de Wong Kar-wai se halla una mirada extasiada de poesía. Con esa mirada inflada en colores, estancada en grandes planos, fotografías de un tal Christopher Doyle, así intenta relatarnos Wong Kar-wai esta simple historia melancólica. Un ovillo cinematográfico simple de deshilar si se contempla con atención y se escucha con el mismo grado de concentración esas baladas de Nat King Cole o esas frases menudas de inmensos contenidos. 
Quizás sea una simple historia, una simple película. Quizás el choque de  la señora Chan y el señor Chow. De dos personas, de dos comensales, de dos rostros taciturnos, de alguien que lee y de otro que escribe para crear una historia simple y común, acaso anormal en nuestros tiempos. Quizás no sean como otros.

Quizás,

                            quizás, 

                                                              quizás...








Título: In the mood for love (Deseando amar)
Año: 2000.
País: Hong-Kong, Francia.
Dirección: Wong Kar-wai.
Guión: Wong Kar-wai.
Música: Michael Galasso.
Fotografía: Christopher Doyle  y Mark Li Ping-Bing
Reparto: Tony Lueng (el señor Chow), Maggie Cheung (la señora Chan), Rebecca Pan (la señora Suen), Ping Lan Siu (Ping), Tsi-Ang Chi (la viejita Amah),
Producción: Jet Tone Productions.



Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Es una película increíble; junto a la música, la trama, las miradas, la ambientación, hay un detalle que se me quedó grabado: esos hermosísimos y suntuosos vestidos, variación del mismo patrón, en distintos colores y estampados que la protagonista lleva y que son uno de los hilos conductores de una historia de búsqueda de la libertad de las emociones, como tu dices " de una intemperie".

Me ha encantado esta entrada...
María
Yaiza ha dicho que…
Recuerdo haber visto esta película sentada en una silla de colegio en un salón de actos de quién sabe dónde en Madrid. Los larguísimos fotogramas envueltos en un silencio que te corta la respiración... Es una película genial. Me gustaron muchos tus quizás.

http://www.youtube.com/watch?v=1lrFRG-rJ8s

Besos!
Diebelz ha dicho que…
¡Pues lo de los vestidos es verdad, María! Igual debí ser más explícito pero es cierto que impresionan cuando ves la peli. Un vestuario a tener en cuenta...

Y lo de los fotogramas igual de flipante, Yaiza. Por cierto, gracias por ampliarlo con el video del Youtube que es una escena tremenda!!

Bueno,gracias a las dos por enriquecer la entrada de este peliculón! Salu2 y besos ;)

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