Fantastic Mr. Fox



Ev'rywhere I hear the sound of marching, charging feet, boy
'cause summer's here and the time is right for fighting in the street, boy...
Street fighting man, de The Rolling Stones (1968). 


En alguna recóndita Acracia pincelada con atardeceres dorados y jergones verdosos, vivía la utopía de todo aquel mundo animal. Cada habitante se dedicaba a cumplir sus deseos, desencrespar sus talentos sin padecer mella alguna. Había un conejo maestro en el arte de los fogones, un ratón que domaba centímetros y cortes, un topo cuya estrábica mirada se desentendía del virtuosismo que desprendía sobre un piano de jazz y un zorro que no cantinfleaba analgésicas noticias en la columna de opinión, sino que exhibía una retórica capaz de aturdir y serenar las lecturas de sus vecinos, un lirismo que ya había heredado desde los tiempos de Esopo cuando sus antepasados robaban trozos de quesos a los cuervos con el mero arte de los funambulistas de palabras. 

Pero un día se despiertan los instintos más salvajes en el refinado y fantástico Mr. Fox. De pronto decide revivir los días salvajes de su juventud, el espíritu rebelde que intentó olvidar y entonces comienza a robarle a los auténticos ladrones Boggs, Bunce y Bean sus suculentas gallinas, pavos o sidra de manzana. Llenos de ira por la astucia del zorro que les ha humillado pero también alentados por la devoción que brindan a Adam Smith, los tres empresarios intentarán aniquilar al subversivo Mr. Fox, poniendo en peligro a toda la comunidad animal. 

El fantástico Mr.Fox en plena campaña insurgente.
La adaptación cinematográfica de uno de los clásicos literarios de Roald Dahl -autor de libros infantiles que considero lectura obligada para mayores- de la mano de Wes Anderson es una auténtica radiografía de nuestro tiempo, quizás de nuestra historia. Si ya estéticamente Anderson ha convencido con el uso de la animación en stop-motion y destellando una paleta de fotografías pintorescas, el hilo narrativo como la historia en sí no desencanta. Frenético, insurgente, quizás algo gamberro, pero también con edulcorados guiños al Spaghetti-Western de Sergio Leone o al cine de Truffaut, así relata Wes Anderson este breve cuento que encierra tanto. En el maravilloso mundo de Mr. Fox  uno contempla una incesante lucha de mundos pretéritos y actuales. Si los malvados granjeros representan la industrialización, el descarnado consumismo, los mercados, el idílico hábitat de Mr.Fox podría representar ese universo pasado y barnizado en un instante que siempre fue mejor. Aquí, de pronto, surge esa lucha entre ambos terrenos, una lucha de clases que profetizaba Karl Marx, ese motor de la historia cuya velocidad también afectaba a la condición humana que se refleja a la par en esta animación (una visión aristotélica bajo la cual en el fondo los seres humanos somos animales...¿O será que los animales somos más humanos?). La genialidad de Wes Anderson es, sin duda, saber leer -que no adaptar- esta fábula creada por Roald Dahl décadas atrás y que tan actual se nos presenta. Es decir, ¿ganarán los granjeros la batalla?¿Se asentará el descarnado y abyecto capitalismo para siempre?¿Resistirán o ganarán el fantástico Mr.Fox y sus amigos la batalla que vivimos a diario entre fatuos escaparates? ¿Sobrevivirá esa idea -ahora casi romántica- de que todos somos diferentes y que, por eso mismo, eso nos hace tan especiales, fantásticos y únicos?

[Silbido y chasquido].


Eso lo tendrás que descubrir tú mismo. 








Título: Fantastic Mr.Fox
Año: 2009
País: EE.UU.
Dirección: Wes Anderson
Guión: Wes Anderson, Noah Baumbach, adaptación del clásico "The Fantastic Mr. Fox", de Roald Dahl.
Música: Alexandre Desplat.
Producción: American Empirical Pictures / Blue Sky Studios / Indian Paintbrush / Twentieth Century Fox Animation / Twentieth Century-Fox Film Corporation

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Tiene una pinta fantástica... ;-)!

Buena reseñea, zizeñó! ;-)


María
Diebelz ha dicho que…
Nunca mejor dicho lo de "fantástico", María. Me alegro que te haya gustado la reseña y espero que te guste aún más la película. La verdad que podría haber expuesto muchas lecturas, muchas miradas cinematográficas y otras cosas en este recóndito y olvidado rincón del ciberespacio pero a veces me puede el tiempo y otras padezco vagabuditis agudis...

¡Salu2 y a cuidarse, fräulein María! ;)

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