Destellos de vainilla en flor


"Escucho tu silencio, oigo constelaciones, existes, creo en ti, eres, me basta"
Ángel González.

En el Cinema Paradiso de mis sentidos más sentidos
-nunca vertidos en vertidos de álbumes de fotos-
beso el orégano de tus eternos besos. 

No hay exilio en mi desnudez,
cuya tinta de existencia es un dulce de leche
sin fecha de caducidad.

Trasiego mis huellas por las baldosas 
rodantes bajo nuestras pisadas 
buscando tu edulcorado e inconfundible
perfume, biblioteca de Alejandría,
que me abrigaba en las noches frías
como un bedel de alegría.

Por la geografía inexpugnable, 
del boulevard del viajero que viaja,
no hallo más que una luna de septiembre
con acordes de Tontxu y la dulce muerte 
en nuestros labios tejidos en almizcle.

Sonrío, cual Roberto Benigni
las estrelladas baladas conjuradas, 
consagro en destellos tus logros, tu existencia en esencia,
la lírica de tus pentagramas que brillan en estelas de mar.

Y espero que un día, sin saber cómo ni cuando, 
me escaldes un susto de milagro.

Porque todavía tirito como un niño, 
guarecido en el Rainbow Warrior de mis puertos

debiéndo(te) sin débito alguno
mil y una partituras cantadas
un voyager inflado de cuentos
un cosmos de poemas
un gracejo que cuelgue de nosotros
y que corusquen todas tus noches de hadas
con nuestras fundidas palabras. 


Poem by W. 


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