Dulce furia roja
Andrés Iniesta celebra su gol con Dani Jarque en el corazón.
A mis espaldas canto una proeza
construida sobre asfaltos de ilusión,
buscada desde barrios sin nobleza,
Oliver y Benji en televisión.
La dulce furia roja se hizo noche,
un azul ensoñado de los tiempos
que aguardaban silentes el derroche
de sueños bajo camisetas, cuerpos.
Y fue entonces cuando el pequeño Iniesta
en el minuto ciento dieciséis
marcó el chupinazo de la gran fiesta.
Y estando sobre una altura absoluta
no dedicó su gol a ningún dios,
sino a Dani Jarque y Antonio Puerta.
Decidme que habéis llorado sonriendo
porque ganar con humildad y amor,
con la memoria encendida, es tremendo.
Poem by W.
Comentarios
Y también me alegro en coincidir contigo, Lucía ;)
Abrazos y besos a los dos ! ;P