I. Un cuento de Norshsteyn: Skazka, skazko

Bayu-bayushki-bayu, Ne lozhisya na krayu. Pridyot serenkiy volchok, On ukhvatit za bochok I utashchit vo lesok Pod rakitovy kustok. Mi niño, mi niño, duérmete en el borde no debes mentir o el pequeño lobo gris vendrá y te cogerá por el pescuezo para arrojarte al bosque meterte bajo las raíces del sauce.
Canto de cuna tradicional de Rusia.
Podría estar en cualquier instante desubicado y pensaría en algo que desconozca el rigor de la teoría de la relatividad de Einstein: un niño llorando bajo la intemperie estrellada y sobre escalones; un atardecer y las manos manchadas de frambuesas y olor a hierba; una anciana limpiando judías verdes y el roble rugiendo sobre nuestras cabezas... Todo parece un sinsentido nostálgico; olor a notas de tango; a lágrimas que suenan a obúes; manzanas de esperanzas. Todo tiene sentido. Así, sin darnos cuenta, la vida de cada uno es válida, enriquecedora, interesante. Un poema que solamente es imaginable en imágenes. Evocamos -tal y como funciona la memoria- recuerdos desordenadamente, inseguros y puede que incluso con retazos que sean solamente imaginación, realidad ficticia. Yuriy Norshteyn, siguiendo o bien marcando a la par el paso de Andréi Tarkovsky (pienso en su obra El Espejo que tanto apasionó a algunos lectores del Blog...si, irónicamente hablando) se adentra en un mundo y en su búsqueda. Empleando unas técnicas de animación encomiables para la época y resaltando una estética de sello propio, Norshteyn estructura su cuento como serían otros cuentos: según nos marque el recuerdo. Es un tour de force seguir al pequeño lobo gris entre los rincones de aquella sociedad soviética y de la otra al otro lado del telón de acero, telón que surge de una guerra que también se enciende en su memoria y suena a tango. Tango en ruso. Surrealista acaso en el mundo de los posibles. Pero he aquí que vemos un cuento y su mundo -o el mundo en su cuento...o acaso el mundo es un cuento- con los ojos de alguien que se busca y nos busca; que recuerda como Grass papas humeantes, manzanas en la nieve, poetas y niñas bailarinas, notas de piano, Bach, Mozart...y un niño. Recuerdos a Tolstoi. Si por algo acudo a presentarles esta pequeña joya de arte, es por la validez que proyecta en la actualidad; y porque, sinceramente, es todo un poema cinematográfico. Norshteyn, como nos tiene acostumbrados, se adentra en cuestiones filosóficas, de miedos y alegrías vitales que jamás se separan de nosotros por el camino; o por lo menos hasta caer adormecidos con una canción de cuna. Les dejo con el enlace de este corto de animación que está en Youtube y en 4 partes: El cuento de los cuentos (1979). Título: El cuento de los cuentos (Skazka, skazko) Año: 1979 País: Extinta U.R.S.S. Dirección: Yuriy Norshteyn Guión: Lyudmila Petrushevskaya, Yuriy Norshsteyn Música: Mikhail Meerovich Reparto: Aleksandr Kalyagin (voz del pequeño lobo gris) Producción: Soyuzmultfilm.

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