Sueño despierto
Sogna, ragazzo, sognati ho lasciato un foglio
sulla scrivania,
manca solo un verso
a quella poesia,
puoi finirla tu.
Roberto Vecchioni.
Una caducada hoja de verso alejandrino
recuerda tu voz en mi caracola de mar
que durante y tras una blanca revolución
egipcia, se merendaba un hambriento colchón.
Las noticias enmudecen por el desatino
de sonreir en tiempos de un vacío palomar,
de olvidar las huellas del trajeado ladrón,
de encender noches, ayear como Camarón.
Los trajes de Camps, las delicias de Berlusconi,
las listas del INEM, el etcétera que cansa
desde tiempos de Neruda hasta los de Zizek,
son ruinas de la estela asesinada por Vecchioni
con el sueño que cabalgamos sobre la charca mansa
de una lluvia que no puede parar ni Jerzy Dudek.
Poem by W.
Comentarios