Daruma

Der Traum ist immer nur geliehen. 

- AnnenMayKanterheit, "Vergangenheit", en su album "12" (2020). 

    Sus ojos en blanco me interpelan estupefactos desde lo alto del escritorio. Qué te propones, parece preguntarme y lo miro sin saber muy bien qué responder pintándole una pupila en su ojo derecho. Intento tumbar al Daruma con el dedo índice, primero con toquecitos leves, casi tibios, y después con mayor fuerza. Pero es cierto. Se mantiene inquebrantable en su lugar, con la perseverancia propia de este amuleto que sigo contemplando un rato apoyando mi mentón sobre la palma de mi mano derecha. 

      Más que los propósitos en sí o la prestancia propia de la filosofía de la reinvención, me inquieta la presencia de este vigía sobre el altar del escritorio. Otros amuletos aparecen con una actitud pasiva frente a los deseos o voluntades expuestos o verbalizados por alguien. Sin embargo, el Daruma parece inquirir con su mera presencia si de verdad estás cumpliendo con tus propósitos; si de verdad estás realizando el esfuerzo, el sacrificio para obtener esa meta esbozada en un horizonte cuya distancia no es medible. Y fuerza, de alguna manera, al impostor no ser farsa para dibujar, llegado a la meta, su ojo izquierdo. 

 


       Entonces, difícil se plantea la hazaña de elegir bien las intenciones, los objetivos, los deseos de uno. Obviamente no puede ser algo delegado al azar, a la inclinación por algo incapaz de controlar, al mundo metafísico. Debe ser una cuestión que esté en nuestras manos, apto para superar cualquier natural inquina.

    Por tanto, se me ocurre -como a muchos por estas fechas- dejar de fumar. Sí, el Trending topic sine qua non. Bueno, quizás reducirlo; creo que sería capaz teniendo al Daruma frente a mí. Además, podría plantearme con mayor vehemencia, energía, reanudar todas aquellas cuestiones que formaban parte de mí  antes de la hecatombe: escribir, tocar la guitarra... Es raro sentir su ausencia, como si un tullido sintiera sus miembros como un ente extraño pero, sin embargo, sabes que forman parte de tí. Y lo anhelas. Sea como fuere, ahora tiene mayor entereza esas palabras cuyo significado parecían banales y me repetía constantemente mi abuela: "Sei immer Du selbst" (Sé siempre tú mismo). Ahora que se desmiembra uno, entiendo con mayor lucidez esa tácita imposición "materna". Intuyo una prolongada presencia del Daruma con un solo ojo dibujado. Empero, todo comienzo es un sueño prestado. 

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