There is no evil (2020)

 
"¿Qué es un hombre rebelde? Un hombre que dice no. Pero negar no es renunciar: es un hombre que dice sí en su primer movimiento"

- Albert Camus, en su obra "El hombre rebelde" (1951)


Los verdugos y las flores inútiles del partisano

    Décadas atrás nos recordaba el filósofo francés Jean-Paul Sartre una ausencia de latencia en la evidencia que "lo más desagradable del mal es que a uno lo acostumbra".  La reproducción de cegados acólitos tras su contacto y la banalización como su consecuente propagación del mal -que ya observaba también Hannah Arendt- es el dislate que han querido señalar durante las dos últimas décadas algunos -entre otros muchos- directores del cine iraní como son Bhadam Ghobadi, Asghar Farhadi, Jafar Panahi o Mohammad Rasoulof. Aunque es un tema tan trascendental como ancestral y universal , ha sido precisamente en el país de los ayatolás donde muchos cineastas mecen sus existencias y desafían al régimen para denunciar esta anomalía humana desde diferentes prismas sin caer en el cine llano o panfletario. Sin embargo, hay algunos que se columpian con mayor vehemencia, tales como podrían ser Jafar Panahi o Mohammad Rasoulof. 

@Filmin

    "There is no evil" (que en España se ha titulado desacertadamente como La vida de los demás), la última obra de Mohammad Rasoulof, es un punto de inflexión en su filmografía, abandonando las fábulas, analogías que se apreciaban en obras como La isla de hierro (2005) y continuando el sendero ya emprendido con Un hombre íntegro (2017). Maestro de la tensión narrativa y sereno de la belleza estética, Rasoulof apuesta por un lenguaje cinematográfico directo, afilado pero sin que sea en detrimento de su conocida poesía visual. Su último filme está constituido por cuatro historias supuestamente inconexas entre sí pero que surcan una historia global y coherente. No solamente hay una relación entre sí en lo que respecta a los hechos, sino también en el tiempo. Es por ello magistral el intento de huir de la censura en su país natal donde se halla bajo arresto domiciliario con este formato narrativo sin renunciar a denostar las secuencias dramáticas de su obra. Sus personajes, los verdugos, se encuentran en los diferentes puntos cardinales del país, paisajes propios acordes a su estado anímico: la urbe, la cárcel, el bosque, las ocres llanuras que filmaba Abbas Kiarostami. Y todos ellos se hallan ante la pregunta fulminante: ¿debo matar? ¿Por qué la pena de muerte? ¿Existe alternativa alguna ? ¿Continúo? También es loable el perfil de la mujer que posee un protagonismo crucial, propulsora de los cambios en el filme y que eleva a la máxima la pregunta si es posible cohabitar su vida con quienes defienden y promulgan la maldad en este mundo. 

    En definitiva, son (casi) las mismas preguntas que se vertían sutilmente en "El Verdugo" de Berlanga pero con ausencia de ese humor negro que caracterizaba al cineasta valenciano y transigiendo los límites hasta elevarlos a la cuestión si existiría la posibilidad de un mundo desprovisto de maldad y señalando, eso sí, un recóndito reducto de esperanza. Quizá sea posible si nos fijamos  en las flores, el Bella Ciao y Albert Camus. En el fondo, Rasoulof, como iraní, siempre ha sido un empedernido defensor de los filósofos y los poetas; y de las flores inútiles
    



FICHA TÉCNICA
Título: There is no evil (La vida de los demás)
Año: 2020
País: Irán
Duración: 150 min. 
Dirección: Mohammad Rasoulof
Guión: Mohammad Rasoulof
Música: Amir Moolokpour
Fotografía: Ashkan Ashkani 
Reparto: Baran Rasoulof (Darya), Zhila Shahi (Zaman), Mohammad Seddighimehr (Bahram), Mohammad Valizadegan (Javad), Mahtab Servati (Na'na), Kaveh Ahangar (Pouya). etc
Productora: Cosmopol-Film, Europa Media Nest, Filminiran
    

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