Generation Kill (2008)

“We're like America's little pitbull. They beat it, starve it, mistreat it, and once in a while they let it out to attack somebody.”
 - Cabo Josh Ray Person, en "Generation Kill" (2008)

El pecado de la indiferencia

    Salvo aisladas excepciones, todo film de género bélico es de per se antibelicista. Rebulle en nuestra memoria cinematográfica referencias al cine de Stanley Kubrick, Francis Ford Coppola o Elem Klimov donde la cámara rehuye de cualquier afecto o compasión y muestra, sin piedad, toda la crueldad del delirio humano. Busca la agitación, sacudir al espectador y despertarlo de su letargo. De ahí que el visionado de la mini-serie Generation Kill (2008) constituya una experiencia necesaria -siempre urgente- en este mundo disparatado y nauseabundo, falto de memoria. 

    El seriado dirigido por Susanna White y Simon Cellan Jones, con guión de los celebérrimos David Simon y Ed Burns, goza aún de mayor relevancia si se recuerda que se trata de hechos reales que vivió el periodista de la prestigiosa revista Rolling Stone, Evan Wright. Evan 'Scribe' Wright acompañó al primer batallón de reconocimiento del cuerpo de los U.S. Marine desde el inicio y durante las primeras semanas de la invasión de Irak, en 2003. Lo que presenció en primera línea de combate, avanzando hacia Bagdad, fue tan surrealista que llegó a publicar un libro que da título a esta serie: Generation Kill (2004).    


      La genialidad de la serie que adapta este referido ensayo periodístico consiste en que escarba y exhibe, en escasos siete capítulos, una amalgama de asuntos digna de analizar y que, una generación que contempló desde la distancia tanto la Guerra de Afganistán (2001-2021) como la de Irak (2003-2011), ve reflejada: la privatización y escasez de recursos de un ejército como el norteamericano, la falta de coordinación, formación y decisiones disparatadas; el negocio de la guerra, las fake-news convertidas y consentidas como verdades que son capaces de destruir vidas; la esquizofrenia del mal, el horror. Con una voz coral, la mini-serie avanza frenéticamente, como un chute de adrenalina, extasiada. La cámara enfoca a los invasores, graba sus apreciaciones, opiniones, sus raíces y preocupaciones, la huída de sus casas para adentrarse en una guerra innecesaria. Y el espectador se queda atónito como los propios marines que volverán a su casa con aún más preocupaciones y cicatrices, tal y como recoge la serie gradualmente, según van llegando a su destino final, Bagdad. O Mogadiscio. O Kabul. O los que retornan de Ucrania.  
          
    Sin duda alguna, Generation Kill es una obra maestra de este tipo de género fílmico y que se sostiene con el paso del tiempo. Pero también es una clara, tenaz advertencia de la necesidad de visionar este seriado para preguntarse de qué sirven las guerras, las banderas. Y de cómo el mundo -una vez más- vuelve a sucumbir en los mismos pecados. Los últimos minutos de la serie plasman muy bien nuestra sociedad. ¿Quién sostiene la mirada? ¿Quién considera pecado la indiferencia? 
 

FICHA TÉCNICA 
Título: Generation Kill
Año: 2008
País: EE.UU.
Duración: 420 min.
Dirección: Susanna White, Simon Cellan Jones
Guión: David Simon, Ed Burns, Evan Wright
Música: Varios Autores
Fotografía: Ivan Strasburg
Reparto: Alexander Skarsgård (sargento Brad 'Ice' Colbert), James Ransone (cabo Josh Ray Person), Lee Tergesen (periodista Evan Wright), Billy Lush (cabo Harold James Trombley), Marc Menchaca (sargento Mike 'Gunny' Wynn), Jon Huertas (sargento Antonio Espera), Rey Valentin (cabo Gabe Garza), Kellan Lutz (cabo Jason Lilley), Pawel Szajda (cabo Walt Hasser), Stark Sands (teniente Nathaniel Fick), Wilson Bethel (cabo Evan 'Q-Tip' Stafford), Sal Alvarez (cabo Hector Leon)
Productora: Coproducción Estados Unidos-Reino Unido; HBO, Blown Deadline Productions, Company Pictures 

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