Robot Dreams
My thoughts are with youHoldin' hands with your heart to see youOnly blue talk and love, rememberHow we knew love was here to stayNow DecemberFound a love we shared in SeptemberOnly blue talk and love, rememberTrue love we share today
- Maurice White, en September, del grupo Earth, Wind & Fire, 1978
Un amor de septiembre
En cierta ocasión, la autora e ilustradora de libros infantiles Sara Varon salió a pasear con su perro al parque y lo meditó. Pensó, mientras contemplaba a su perro jadeando con la lengua afuera y moviendo con ímpetu su cola, que apenas existían libros destinados a los niños que hablaran de temas que se han tabuizado con el tiempo. Asuntos con los que, irremediablemente, se verán enfrentados en sus vidas. Y fue así como, tras regresar a casa y liberar a su perro de la correa para que se lanzara directamente a la cocina, tomó la decisión de encerrarse en su estudio y dibujar el cómic infantil Robot Dreams (2007).
Viñeta a viñeta, Sara narra la historia de un perro que se siente solo y decide construir un robot que le haga compañía. Carente de diálogos y donde el protagonismo recae en animales antropomorfos, la ilustradora estadounidense retrata así el valor de la amistad y la compañía, el cariño y amor que se profesan perro y robot mutuamente. Pero un día en la playa, robot no consigue levantarse tras darse un chapuzón en el agua y perro, apenado, debe abandonarlo. Y a partir de este momento, Sara Varon cuenta la parte más trascendental de la fábula y en la cual, según van sucediéndose los capítulos como meses de un año, se aprecia no solamente una meditación sobre el dolor de la separación, el abandono o la sensación de culpabilidad, el rencor o el perdón, sino también un proceso de transformación en ambos protagonistas tras la catarsis.
El mérito de la adaptación a la gran pantalla de esta obra infantil reside precisamente en conservar el relato y sus premisas, sin titubeos. Con la requerida colaboración de Saran Varon en el guion, el cineasta español Pablo Berger ha eludido toda maniquea tendencia patente en el cine de animación contemporánea para exhibir un filme que, siendo en esencia enfocado al público infantil, también lo puedan disfrutar los adultos desde una segunda fila. Bajo la batuta de Pablo Berger se despliega todo un equipo de dibujantes y diseñadores -capitaneado a la par por el ilustrador José Luis Ágreda- cuyas cualidades han enriquecido la fábula de línea clara con tonos coloridos y otros elementos desprovistos de la obra primigenia. Así, cabe destacar el escenario donde se desenvuelven sus personajes y que se constituye no solamente como un protagonista más del filme, sino como reminiscencia de una cierta memoria colectiva reavivada con el brillo que únicamente puede conferirle un filme de animación. Una Nueva York cuyo skyline todavía alberga las Torres Gemelas y nos remite con guiños a todo aquel cine consumido en el videoclub de la infancia, sea el de Woody Allen, Rob Reiner o Joe Dante. Una ciudad que rezuma nostalgia al situarla en la década de los ochenta, pero también de la necesaria nitidez que nos brinda el tiempo. La época de lo analógico y los indefinidos rasgos de gran parte de los animales antropomorfos omiten cualquier distracción precisa y muestran una ciudad cosmopolita y tolerante, pero ante todo las esencias del metraje, aupadas además por la banda sonora de Alfonso de Vilallonga que sirve también de baluarte en una narración carente de diálogos y arriesgadamente introspectiva.
Pero como en El mago de Oz de Victor Fleming, la cinta transcurre por su peculiar camino amarillo para mostrarnos, sin teatralidad ni banalidad alguna, las maravillas y sus respectivas asperezas, en suma, los entresijos a los que uno se debe enfrentar en la vida, tales como la soledad, el abandono o el duelo, la maldad o la diversidad funcional. La versión cinematográfica de Robot Dreams demuestra -una vez más- que el cine de animación no debe eludir riesgos ni dificultades si se antepone el pretexto de querer contar fábulas como éstas, cada vez más escasas y necesarias en los tiempos que corren. Cuentos, en definitiva, que transpiran magia sin recurrir al relato postizo y que, adheridos al asfalto, nos educan para apreciar esos breves encuentros que entablamos con seres queridos mientras suena el tema September como reclamo de la futura memoria y el deseo consumido.
Título: Robot Dreams
Año: 2023
País: España
Duración: 102 min.
Dirección: Pablo Berger
Guion: Pablo Berger y Sara Varon
Música: Alfonso de Vilallonga
Dirección Artística: José Luis Ágreda
Producción: Coproducción España-Francia; Arcadia Motion Pictures, Noodles Production, Les Films du Worso, RTVE, Movistar Plus+
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