Lost in Translation (2003)

- What did you study? 
- Philosophy
- There's a lot of money in that racket. You just have to work out all the angles
- Diálogo entre Bob Harris y Charlotte, en "Lost in Translation", 2003. 

    Tokyo: ciudad de insomnes exiliados románticos

    Un coche traslada a un dormido Bob Harris (Bill Murray) al hotel. Las luces de una insomne ciudad se filtran por su ventana, serpentean sobre su rostro. De pronto, abre los ojos. Observa con detenimiento carteles luminosos escritos en kanji. No los entiende pero parece admirarlos, querer entenderlos; o quizá los entienda en su imposibilidad de descifrarlos. Bob Harris ha abierto los ojos, ha recalado en un lejano rincón, extraño, en simbiosis con su fuero interno. Se deja arrastrar a la deriva, perdido como se siente también Charlotte (Scarlett Johansson), una joven que acompaña a su marido, un célebre fotógrafo llamado John (Giovanni Ribisi). Mientras que Charlotte siente un enorme pánico a su desorientación porque no siente nada, siquiera en los templos budistas, Bob Harris asume su ausencia de puntos cardinales con desencanto, sorbiendo whisky que promociona por no poder actuar en los teatros que imagina. Y ambos, sin saberlo, se encontrarán en un mundo deshumanizado, artificial, diluido como representado en un hotel de Tokyo. 


    Lost in Translation es un cult movie por antonomasia. La cinta de Sofia Coppola, revivida en más de una ocasión por quien suscribe esta humilde como insignificante reseña fílmica, conserva todo su frescor y vitalidad al querer retratar aspectos tan relevantes de nuestra sociedad posmoderna como es la (in)comunicación, la soledad y los nuevos valores y conductas propias del mundo globalizado. No desentonan los guiños a Fellini o Kurosawa en esta cinta, ni tampoco las posteriores obras de Spike Jonze (Her, 2013) o Joachim Trier (La peor persona del mundo, 2021) que, a su manera, han retomado estos asuntos en sus respectivos filmes y con cinceles propios. Sofia Coppola se adueña de un espacio reducido, mima y cuida la fotografía, así como su paleta de colores, emplea diálogos lacónicos pero punzantes que nos permiten sonreír y estremecernos a la par, ver en sus personajes principales una obra nunca concebida por Jean-Paul Sartre. La banda sonora se acopla a la perfección con la narración y la cinta se desliza frente a nosotros, nos acaricia. El sarcasmo, la ironía de Bob Harris se asimila con la del espectador, concebimos la sonrisa de Charlotte con esa ansia por escapar de los cuarteles, los pasillos de nuestras desoladas vidas. Entendemos la incomunicación, el imperio de la banalidad a la que se le atiende y se le sonríe. Y padecemos cuando empequeñecen e incluso desprecian toda actividad o pensamiento ajeno a la tecnología, el utilitarismo,  el universo convencional como normalizado. Cuando nos tildan de snob.


    Pese a que el marido de Charlotte está ofuscado con su trabajo y no descorcha un champán para hablar, pese a que Bob Harris habla con su mujer y solo recibe muestras de tapices, ambos buscan el entendimiento. Y mientras son capaces de comunicarse con los nativos sin conocer su idioma, sonreír en una sala de esperas o pasar noches charlando de manera no verbal, Bob y Charlotte comienzan a sentirse vivos en un país que no entienden pero que comienzan a entender en su incomprensión. Toman sake, se relajan en una bañera al final del día, se ponen sus kimonos y el paisaje y sus habitantes les permiten comunicarse como no es posible en otras coordenadas geográficas. Se han encontrado dos personas en un lugar propicio para quienes creen en la filosofía, el teatro, el entendimiento, la ausencia de soledad. Donde se proyectan escapes de un mundo ajeno a ellos, ilegible, incomprensible. ¿Será posible vivir en un mundo así, angosto, superficial, falto de comprensión, en soledad? Viajar con los cascos puestos, aliviando el sopor con la frente pegada a la ventana de un tren bala. ¿Qué hacer de nuestras vidas? ¿Qué nos aporta o deja de aportar alguien que ha descodificado, descifrado nuestra soledad? Y sin embargo, siempre nos quedará el misterio de lo que le susurra Bob a Charlotte al final del filme mientras suenan las primeras notas del tema de The Jesus and Mary Chain: Just like Honey. Como si fuera aquel otro final en Casablanca. Tokyo, ciudad de insomnes exiliados románticos.


FICHA TÉCNICA 
Título: Lost in Translation
Año: 2003
País: EE.UU.
Duración: 105 min.
Dirección: Sofia Coppola
Guión: Sofia Coppola
Música: Brian Reitzell, Kevin Shields
Fotografía: Lance Acord
Reparto: Bill Murray (Bob Harris), Scarlett Johansson (Charlotte), Giovanni Ribisi (John), Anna Faris (Kelly), Fumihiro Hayashi (Charlie), Akiko Takeshita (Ms. Kawasaki), Catherine Lambert (cantante de jazz), Akiko Monou (P. Chan)
Productora: Focus Features, American Zoetrope, Elemental Films 

Comentarios

Entradas populares