Luzzu (2021)

«Érase una vez un barco. No era de nadie y, al mismo tiempo, era de todo el mundo»
- Jesmark, en Luzzu, 2021 

Una embarcación se hunde

    Hay pequeñas piezas cinematográficas cuyas reminiscencias, bien entendidas y aplicadas, más que un homenaje demuestran su vital vigencia. Casi se podría afirmar su emergencia por ser rescatadas ante la obsolescencia programada aplicada en estos tiempos líquidos y borrosos en cuanto a la estética y narrativa audiovisual. Ejemplo de ello sería la ópera prima del cineasta maltés Alex Camilleri, porque en Luzzu (2021) queda patente el maridar de la estampa neorrealista de autores como Roberto Rosselini (Stromboli, 1949) o Luchino Visconti (La terra trema, 1948) con la realidad palpable y adherida a nuestros costados. Camilleri entiende de pulso y también en demostrar, sin cargadas artimañas u ornamentos, cómo afectan los fenómenos globales a nuestras pequeñas y modestas vidas con toda su complejidad. No se inhibe, incluso, en abrazar el desencanto bajo el imperioso destello solar y el sereno balanceo de las últimas embarcaciones artesanales de la isla de Malta. Porque, en apariencia, nada pasa y, sin embargo, ante esta estampa idílica, se esconde una cruda realidad que nadie quiere ver. 


    Jesmark (Jesmark Scicluna) es pescador como lo fue su padre y resiste ante los embates del tiempo y el capitalismo feroz. Es de los pocos privilegiados que se siente realizado por su trabajo, libre, aunque su trabajo requiera esfuerzo y sacrificios que asume incluso con gratitud. Aun así, su recién estrenada paternidad como el estado de los bancos de peces y de su propia embarcación, le afligen nuevos contratiempos, más ante el desamparo de las instituciones públicas que le han dado la espalda a él como al resto de los últimos pescadores artesanales de la isla mediterránea. El bote comienza a filtrar agua, se hunde bajo el cielo celeste y despejado, el lejano graznido de las gaviotas, el tierno chapoteo de las tibias olas. ¿Qué hacer para salvar a su embarcación, a su mujer, a su hijo? 


    Alex Camilleri no se asegura un relato baladí que contente al espectador, exhibiendo sobreactuaciones o recursos cargados de éxtasis, invocando señales de tráfico. Arriesga en evocar el drama oculto pero conocido, aquel que demostraba cierto cine clásico italiano retraído con ecos del cine documental. O bien el que aparece en una diminuta columna del periódico matutino, en las charlas de los bares o plazas de tu ciudad. Afronta una cinta cruda y sincera porque le lanza una pregunta incómoda -más bien varias- al espectador antes de levantarse del sillón, aquella que todos intentan de evitar: ¿qué harías tú? ¿Qué deberíamos hacer nosotros? Y la respuesta es un nudo en la garganta.

 
       
 FICHA TÉCNICA 
Título: Luzzu 
Año: 2021 
País: Malta 
Duración: 94 min. 
Dirección: Alex Camilleri 
Guion: Alex Camilleri 
Fotografía: Léo Lefèvre 
Música: Jon Natchez 
Reparto: Jesmark Scicluna (Jesmark), Michela Farrugia (Denise), David Scicluna (David), Timur Ali (Aiden), Anthony Ellul (Inspector), Stephen Buhagiar(el jefe), Uday McLean (Uday),  
Productora: Pellikola

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